SON ESOS OJOS TUYOS QUE NO ME MIRAN
Así es la tarde de la vida.
Uno desvanece con cada suspiro.
el alma aun vigorosa no entiende
que la muerte toma todas las formas.
es que estoy muriendo a la vista de los otros.
Muero en las tardes, cuando el sol cae,
y mi sombra no tiene la fuerza de otrora.
Muero en las miradas que evaden mis ojos en las esquinas, como otros tantos ojos.
Muero en las respuestas que nunca llegan, las mentiras que señorean en los absurdos.
He cometido el pecado de la edad,
de la femeneidad corroída por el tiempo,
el cuerpo frágil, ya poco esbelto.
y así, sin saberlo, he muerto.
Hoy tus ojos me lo dijeron.
¿Muerta estoy o me estoy muriendo?
Muerte, ojála tan solo fueras,
el cese repentino de lo fué mi destino.
Lucia Muñiz
